¿Jornada de puertas abiertas?

NO, aula permanentemente abierta.

 

Mi experiencia laboral como profesional docente, diplomado en Educación Primaria, es muy corta, pero ya válida para intentar mostrarla al mundo y aportar un granito de arena en la conciencia de todo aquel que se preste a aprender del resto de compañeros, que al unísono queremos formarnos en pedagogía para profesionalmente ser más capaces y personalmente estar más abiertos a la realidad actual de nuestro mundo y entorno social.

En este mes de marzo del presente año 2011, he disfrutado de la profesión, de aquello que me incitó a adentrarme en la carrera universitaria y en el mundo educativo. El Colegio Virgen de Gracia, de la ciudad de Granada, me dio la posibilidad de sustituir a un maestro que estaba de baja médica, ésta sería muy corta, pero lo necesario para ir aprendiendo sobre el papel lo que no se enseña en la facultad. Este centro se presenta con una característica novedosa y peculiar: la apertura del aula a los padres, madres y demás familiares que quieran observar y “trabajar” en el aula, viendo así el funcionamiento de sus hijos y parte de la comunidad educativa. En las tres semanas escasas de estancia profesional que he disfrutado en el centro, se dio el caso estando yo dando una clase de música donde a coro interpretaban los alumnos una obra musical, una madre entraba y observaba. En esta ocasión, la primera experiencia sobre esta novedad, yo me quedé sorprendido del comportamiento del alumnado, el cual no se asombraba y continuaba con su trabajo musical en el aula, tan solo un pequeño saludo con la mano por parte del hijo de la mujer que tranquilamente irrumpía en el aula para observar de modo silencioso, y finalmente hacer una tutoría express sobre su hijo.

Con la llegada al centro, se me explicó todo el reglamento del mismo, y al escuchar esta magnífica idea de puertas abiertas no creí en su puesta en práctica real. Como ya digo, los días por pocos que sean, dan su fruto en la experiencia. En otra ocasión se adentró en el aula un hombre, el cual me saludaba de modo gestual y se paseaba por el aula mientras los alumnos trabajaban. Yo como docente marcaba las pautas del funcionamiento, y a la hora de poner en práctica la acción, yo paseaba por la clase observando y corrigiendo el hacer de los alumnos, por la parte simétrica del mismo aula este hombre hacía la misma función, para mí era como tener un apoyo. Pude pensar que sería un inspector, pero no, era un padre preocupado por la educación, por el sistema, por la formación de sus hijos, por el trabajo docente.

Sin duda, esta iniciativa es una apuesta por el valor de la educación, por el trabajo en común y la vivencia de una verdadera comunidad educativa, donde los elementos de la misma estén interrelacionados, favoreciendo así la educación y el sistema educativo.

 

Manuel Montes Jiménez

Maestro Educación Primaria